China confinó el martes a los cinco millones de habitantes de la ciudad central de Anyang para contener un brote de la contagiosa variante ómicron de la COVID-19, informó la prensa estatal.
Las autoridades de Anyang anunciaron la medida la noche del lunes, cuando ordenaron a los residentes permanecer en casa y no circular en vehículos particulares, informó la agencia estatal Xinhua.
Todos los comercios no esenciales fueron cerrados y se lanzó una campaña de pruebas masivas “para responder a la severa situación de control epidémico y evitar estrictamente la propagación del brote del virus ómicron”, publicó la agencia.
Los casos de Anyang, en la provincia de Henan, están ligados a un foco contagioso en la ciudad norteña de Tianjin, a 400 kilómetros de distancia.