Corea del Norte confirmó este viernes 25 de marzo que en la víspera probó su nuevo misil intercontinental (ICBM) Hwasong-17, un arma de mayor rango cuyo lanzamiento tensa aún más la situación en la península coreana y puede implicar nuevas sanciones de la ONU.
Medios norcoreanos notificaron este 25 de marzo lo que se sospechaba tras la prueba. Lo disparado es un Hwasong-17, enorme misil exhibido por primera vez en octubre de 2020, pero que hasta ahora no se había lanzado, haciendo pensar a buena parte de la comunidad de expertos que el proyectil planteaba aún un reto en términos operativos a Pionyang.
El misil, “lanzado desde el aeropuerto internacional de Piongyang, ascendió a una altura máxima de 6.248 kilómetros, voló 1.090 kilómetros durante 4.052 segundos (67 minutos y medio) y aterrizó con precisión en el lugar planeado, en aguas del mar del Este de Corea (nombre que recibe el mar de Japón en las dos Coreas)”, informó la agencia KCNA.
El líder Kim Jong-un firmó la orden de lanzamiento de su puño y letra, como acostumbra hacer el régimen con los ensayos de ICBM. Enfundado en gafas de sol y chaqueta de cuero, presenció la prueba desde un vehículo situado en los alrededores del aeropuerto de la capital norcoreana.