China registró el miércoles más de 20 000 nuevos casos de la COVID-19, el mayor balance desde el inicio de la pandemia, con la mayoría de infecciones procedentes de la capital económica Shanghái.
La Comisión Nacional de Salud informó de 20 472 contagios en su último balance, superando incluso las cifras del primer brote de la pandemia detectado en la céntrica ciudad de Wuhan hace dos años.
Sin embargo, a diferencia de entonces, la mayoría de casos fueron asintomáticos y las autoridades sanitarias no reportaron ninguna muerte debido a la COVID-19.
Desde que logró contener el primer brote en Wuhan, China ha aplicado una estrategia de cero COVID-19, con confinamientos localizados, cribados masivos y severas restricciones a los viajes internacionales que llevaron a números de contagios muy bajos.
Pero desde marzo, los casos han ido creciendo hasta alcanzar los miles diarios en las semanas recientes debido a la entrada de la contagiosa variante ómicron en su territorio.
Son cifras de contagios bajas respecto a la mayoría de países del mundo, especialmente teniendo en cuenta su población, pero ponen a prueba la estrategia cero COVID-19 de China, uno de los pocos países en mantener este enfoque.