Las cifras parecen irreales, pero solamente reflejan la realidad del actual gobierno. Con los tres cambios de ayer, el Gobierno suma, en poco más de un año de gestión, 68 relevos ministeriales.
Pedro Castillo lleva 382 días en el poder, que equivalen a 56 semanas. Esto quiere decir que ha cambiado, en promedio, a más de un ministro por semana (1.2 para ser exactos).
Se trata de un dato inquietante al demostrar la precariedad del ejecutivo y resulta alarmante, puesto que estas modificaciones no permiten sostener políticas públicas serias.
A estas alturas, que el presidente tome el juramento a nuevos integrantes del gabinete ya dejó de ser noticia relevante. Lo escandaloso son los constantes cambios.
Sin duda alguna, el sector más inestable es el del Interior. En él se han sucedido siete ministros diferentes: Juan Carrasco, Luis Barranzuela, Avelino Guillén, Alfonso Chávarri, Dimitre Senmache, Mariano González y, ahora, Willy Huerta.
Pero no es el único sector golpeado por estos remplazos intempestivos y muchas veces injustificados. En el Midagri han estado Víctor Maita, Alberto Ramos, Óscar Zea y Javier Arce. Hoy despacha Andrés Alencastre.
Mientras que por el ministerio de energía y minas han pasado Iván Merino, Eduardo González y Carlos Palacios. La actual ministra, Alessandra Herrera, también ocupó el puesto en el gabinete que condujo Héctor Valer por solo una semana.
De manera opuesta, quienes se mantienen desde el inicio en el equipo ministerial son Aníbal Torres, en justicia y en la Presidencia del Consejo de ministros; Dina Boluarte, en Desarrollo e Inclusión Social; Roberto Sánchez, en Comercio Exterior y Turismo; y Geiner Alvarado, primero en Vivienda y Construcción y, desde este mes, en Transportes y Comunicaciones.
Pero estas figuras también han atravesado por serias polémicas. Cabe mencionar que Alvarado, está siendo investigado por presuntas irregularidades cuando estaba en Vivienda.
Inclusive el Congreso tiene pendiente aprobar una moción de interpelación en su contra. Luego de eso y de que el ministro responda el pliego de preguntas, el pleno podría proceder a su censura. Con lo que tendría que designarse a un nuevo ministro.